¿Qué es el reflujo en los bebés? ¿Deberías preocuparte si tu hijo lo sufre?
Se trata de una afección muy común en los más pequeños.
En este artículo voy a contarte en detalle y de la manera más clara posible todo lo que necesitas saber al respecto. ¡Toma nota!
Conocemos como reflujo gastroesofágico el proceso que se produce al fluir los alimentos (y el ácido estomacal) desde el estómago al esófago. Este fenómeno se suele conocer en los adultos como acidez estomacal.
Nuestro esófago (el “tubo” que conecta la garganta con el estómago) finaliza en el esfínter esofágico inferior, una especie de válvula que se abre para permitir el paso de los alimentos, pero que el resto del tiempo suele permanecer cerrado.
El reflujo es algo común en los bebés menores de 14 o 15 meses porque el esfínter esofágico inferior puede no estar completamente desarrollado hasta esa edad.
La diferencia entre el reflujo y la enfermedad por reflujo gastroesofágico (ERGE) es que en esta última los síntomas son más graves y prolongados en el tiempo, ya que el esfínter se relaja cuando no debe.
El reflujo es algo muy común en los bebés, que por norma general no indica nada grave o fuera de lo normal. Eso sí, lo es hasta los 12 o 14 meses de vida del pequeño. Si los síntomas del reflujo persisten a partir de entonces te recomiendo que consultes con tu pediatra de confianza: él sabrá realizar el diagnóstico adecuado y poner, de ser necesario, un tratamiento acorde a ello. No obstante, ante cualquier preocupación por un bebé que tiene reflujo lo mejor es consultar igualmente con tu pediatra para corroborar el diagnóstico.
Esos son algunos de los síntomas más habituales DE LA ERGE en niños:
Todo lo que comemos va a parar a nuestro estómago, por lo que una afección que involucra al aparato digestivo está, en cierto modo, relacionada con nuestra alimentación.
Esto no quiere decir que con variar la manera de comer todo vaya a funcionar como por arte de magia, pero sí es lo primero que se suele recomendar probar para reducir el reflujo estomacal.
En bebés, por ejemplo, son buenas alternativas agregar cereal de arroz al biberón (para los mayores de 4 meses), nunca alimentarlos en exceso, más allá de la cantidad recomendada; o mantenerlos en posición vertical durante al menos 30 minutos después de cada comida.
Cuando esto no surte efecto se puede llegar a optar por la medicación o incluso, en casos extremos, por la cirugía, pero esta es una vía que muy rara vez hay que llegar a tomar.
Espero que este artículo sobre el reflujo en bebés te haya resultado atractivo y recuerda: ante cualquier duda lo mejor es acudir a un pediatra para solventarla.